Probablemente el proceso de terapia, sea el de extender ese puntito en nuestro interior, a todo nuestro cuerpo, es decir, habitarnos, tomar propiedad de nuestro cuerpo y de nuestro SER en el mundo, único e irrepetible y por lo tanto, inencajable en ningún molde exacto.
Y el ritmo de crecimiento de ese SER único e irrepetible, no lo marca ningún terapeuta, ningún padre, ni ninguna madre, ningún docente, ningún alumno, ningún amante, ningún esposo, ningún hijo, ningún amigo, ninguna amiga, ningún hermano, ninguna hermana, ningún maestro, ninguna maestra, ningún gurú, ninguna hija, ni la mía, ni el propio individuo.... y todos ellos a la vez... SI, lo marcan, porque un SER, es eso. Y solo puede sostenerse cuando ES.