lunes, 27 de enero de 2014

El ritmo madurativo, artículo de opinión



  Pienso que algunos neuróticos nos sentimos como un puntito en nuestro interior, en el que cualquier contacto con el exterior amenaza nuestra existencia, y la frontera de nuestro cuerpo, emociones, valores, órganos y piel, o bien es tan laxa que no puede protegerlo o bien  tiene una coraza, muy dura y por lo tanto, muy frágil que en cuanto alguien la  traspasa, nos sentimos conquistados, grata o ingratamente o invadidos.
           

Probablemente el proceso de terapia, sea el de extender ese puntito en nuestro interior, a todo nuestro cuerpo, es decir, habitarnos, tomar propiedad de nuestro cuerpo y de nuestro SER en el mundo, único e irrepetible y por lo tanto, inencajable en ningún molde exacto.

Y el ritmo de crecimiento de ese SER único e irrepetible, no lo marca ningún terapeuta, ningún padre, ni ninguna madre, ningún docente, ningún alumno, ningún amante, ningún esposo, ningún hijo, ningún amigo, ninguna amiga, ningún hermano, ninguna hermana, ningún maestro, ninguna maestra, ningún gurú, ninguna hija, ni la mía, ni el propio individuo.... y todos ellos a la vez... SI, lo marcan, porque un SER, es eso. Y solo puede sostenerse cuando ES.


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